Ya se acerca el final de Abril, y casi ni me da tiempo, pero no quiero dejar de
contar que los 30 años de Madrid Cómics los he vivido siempre de cerca. Que
llegué a su mítica encarnación de Los Sótanos a tiempo para ser testigo de esas
primeras exposiciones y de las mesas de redacción de "Tribulete". Que
incluso, en un cierto momento y durante cerca de un año, trabajé en la
librería: por las mañanas me hacía cargo (era un desastre, pero ahí estaba) del
adosado dedicado al tebeo americano. No se me olvidan los pinchos de tortilla
del bar, ni toda la gente con la que trabajé y a la que conocí en ese curioso
acuario achaflanado tan de línea clara que era la tienda. Tampoco se me olvida
el nacimiento de "Urich", y de su hijo mucho más adelante ("U").
Madrid Cómics fue durante muchos años el paradigma de
lo que una librería de tebeos moderna debe ser. Muchas nacieron y crecieron a
su sombra. Unas encontraron su propio público, otras cerraron. Madrid Cómics,
nómada y todo, ha sabido mantenerse fiel a su gente y a sus treinta años de
historia.
No se me olvida, sobre todo, lo más importante: cuando
entro en otras librerías, lo hago como cliente o como amigo; cuando estoy en
Madrid Cómics me siento en casa.
Felicidades y mucha suerte para los próximos 30 años: pienso
estar ahí para volver a felicitaros.
- Francisco Naranjo -
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